Abanto-Zierbena propone ejercicios de relajación para los niños

Estos ejercicios traen consigo numerosos beneficios
Estos ejercicios traen consigo numerosos beneficios
El confinamiento es un buen momento para practicar técnicas de vida sana
Abanto-Zierbena propone ejercicios de relajación para los niños

En estas semanas de confinamiento, en las que los padres deben estar las 24 horas del día con sus hijos, es importante encontrar momentos de tranquilidad y relajación. Pero no sólo para los progenitores, sino que también es un buen momento para enseñar a los niños técnicas de relajación, que repercutirán en hábitos de vda sana y en desarrollar su inteligencia emocional. 

De esta forma, el Ayuntamiento de Abanto-Zierbena propone una sierie de ejercicios para que los niños practiquen estas técnicas, lo que trae consigo beneficios como el aumento de la confianza, la mejora de la memoria, de la concentración y de la calidad del aprendizaje, disminución del estrés muscular y mental, canalización de las energías, vencimiento de la timidez, reducción de la ansiedad, mejora de la calidad del sueño de y la circulación sanguínea, o evitar ataques de pánico, entre otros.

Para comenzar con el ejercicio propuesto por el Consistorio, lo primero es inculcar al niño que esto no es un juego y requiere su atención, escoger una habitación con luz tenue, temperatura agradable y en la que puede acompañarse de música suave y aromas relajantes. El niño debe estar tumbado boca arriba sobre una esterilla o varias toallas con las palmas de la mano hacia arriba, o bien estar sentado en una silla, muy estirado, con las manos sobre las rodillas, además de con ropa cómoda y, si es posible, sin calzado.

El primer paso del ejercicio es tomar conciencia de la respiración, centrándose en cómo entra y sale del interior, tratando que cada vez sea más profunda. Se coge aire llenando abdomen y pecho en sesiones de tres veces, expulsando el aire cada vez más despacio. Por último, se abren los ojos y se mueven los hombros de arriba a abajo. 

Posteriormente, se debe ejercitar la percepción. El niño debe cerrrar los ojos y concentrarse en los sonidos exteriores (puertas, ladridos, pasos) y poco a poco centrarse en los interiores, llegando a escuchar su corazón. Después, vuelve a centrarse en los de fuera, abriendo los ojos finalmente y estirando los brazos hacia delante.

El siguiente paso es destensar la columna, con sesiones de tres respiraciones abdominales profundas, recorriendo mentalmente la columna, imaginando que es de hierro, luego de goma, y finalmente, de hierro otra vez. Después, se mueven los hombros hacia atrás y se abren los ojos.

Seguidamente, el niño debe relajar la mente. Para ello, hay que rebajar el ritmo de respiración y aumentar la profundidad de ésta, con sesiones de tres veces, expulsando el aire cada vez más despacio. Debe imaginarse que lleva un casco de minero con lámpara y, sin abir los ojos, intentar visualizar esa lámpara un rato. Cuando lo crea oportuno, volver a abrir los ojos.

Por último, debe potenciarse el sentimiento de pertenencia a la familia. Lo que debe hacerse es concentrarse en la columna, imaginando que es una escalera y que se va subiendo por ella hasta las partes altas del cuerpo. Después, va subiendo más hasta volar en el aire y visualizar su casa, a sí mismo y a su familia, contemplando esa imagen un rato y preguntando al niño qué siente en este momento, dando por concluida la sesión.